- Este artículo ofrece un análisis de la eterna contienda entre los fondos de inversión de gestión pasiva y activa para ayudar a comprender sus principales características y diferencias.
- La información que encontrará, a continuación, es útil para gestores de carteras y asesores de inversión, que busquen un instrumento financiero que pueda optimizar sus objetivos en el complejo panorama de los mercados.
- FlexFunds, empresa especializada en el diseño y emisión de vehículos de inversión ofrece soluciones, hechas a la medida, que pueden mejorar la distribución de sus estrategias de manera costo-eficiente. Si desea profundizar acerca de los productos y qué solución se adapta mejor a sus necesidades, no dude en contactar con nuestro equipo de especialistas.
En las últimas décadas, los fondos de inversión han ganado popularidad como instrumentos financieros. Estos facilitan la inversión en carteras diversificadas de activos, ofreciendo la flexibilidad de elegir entre dos estrategias generales: gestión pasiva y gestión activa. Ambas conllevan enfoques y metodologías convergentes, con una serie de ventajas e inconvenientes.
Fondos de inversión pasivos
Las estrategias de inversión pasiva implican el diseño de un portafolio que replica el rendimiento de un índice bursátil o de renta fija específico. Por tanto, el objetivo principal de la inversión pasiva es lograr rendimientos que se encuentren en línea con los del índice elegido sin pretender batirlo. Este enfoque está comúnmente asociado con vehículos financieros como los ETFs y los fondos mutuos.
Entre las principales ventajas que ofrecen este tipo de fondos de inversión destacan:
1. Bajos costes
Este instrumento se caracteriza por sus bajas comisiones y su eficiencia en coste ya que, al replicar un índice existente, su gestión apenas conlleva dedicar recursos y tiempo a realizar amplia investigación, análisis y operativa. En tal sentido, estos fondos son una alternativa muy atractiva para aquellos gestores de cartera cuyos clientes estén preocupados por el coste.
2. Amplia diversificación
Al apostar por este instrumento se mantiene una exposición a una amplia gama de títulos dentro de un segmento específico del mercado o una industria. Por ejemplo, un fondo que replique el comportamiento del índice S&P 500 invertirá en acciones de todas las compañías que estén listadas en ese mercado, lo que permitirá la diversificación automática, reduciendo el riesgo de seleccionar diferentes activos.
3. Transparencia
Se trata de una de las principales características de este tipo de fondos ya que, al replicar un índice determinado, los inversores pueden saber, fácilmente, en que está invertido su dinero. De igual forma, la transparencia infunde confianza entre los clientes del gestor de carteras, quienes pueden evaluar el rendimiento del fondo y comparar con sus objetivos u otras alternativas.
4. Consistencia y estabilidad
Los fondos de inversión pasiva suelen ofrecer rendimientos que se aproximan al del índice subyacente, exceptuando los gastos y comisiones derivados. Al no buscar activamente superar al mercado, tienden a entregar rentabilidades más predecibles y estables a largo plazo.
5. Liquidez
De igual forma, estos instrumentos suelen ser más líquidos que los de gestión activa ya que, los primeros, están referenciados a los índices que se negocian en los mercados de valores.
Fondos de inversión activos
El principal objetivo de los gestores de cartera y analistas de las estrategias de inversión activas, a la hora de tomar las decisiones, es el de batir al mercado o una referencia determinada. La gestión activa y profesionalizada permite al gestor de cartera, diseñar una amplia variedad de estrategias para seleccionar los activos en los que invertir, por lo que suelen tener comisiones más elevadas que las de gestión pasiva. Este tipo de estrategias se asocian habitualmente a los fondos mutuos de gestión activa y a hedge funds entre otros.
Entre las principales ventajas de este tipo de instrumento destacan:
1. Mayor rendimiento potencial
El principal atractivo de invertir en este tipo de productos financieros es el potencial que existe para batir al mercado. En este sentido, los gestores profesionales y los equipos de análisis se deben enfocar en la identificación de aquellos activos y/o títulos que se encuentran tanto infra como sobrevalorados, así como analizar las tendencias de los mercados para poder tomar decisiones estratégicas que permitan obtener mayores rentabilidades que las proporcionadas por la gestión pasiva.
2. Flexibilidad
Los expertos en gestión activa tienen la capacidad de ajustar su cartera de inversión modificando los activos en los que invierten como respuesta ante un posible cambio en las condiciones del mercado. Así pues, los gestores de carteras pueden asignar capital a sectores o activos específicos que consideren que van a tener un buen rendimiento o bien pueden reducir la exposición a determinados activos con probabilidad de baja rentabilidad. Esta capacidad de adaptación permite que la inversión en este tipo de fondos sea la más adecuada durante cambios de ciclo o periodos de volatilidad.
3. Gestión activa del riesgo y diversificación
Gracias a los fondos de inversión activa, los portfolio managers pueden utilizar diversas estrategias de gestión de riesgos para protegerse ante cambios de tendencia en los mercados. Algunas de ellas pueden ser tanto el uso de instrumentos de cobertura, como derivados, así como cambios en el sector o inversión en activos refugio que permitan limitar las pérdidas durante la caída de los mercados. Dependiendo de la estrategia del gestor de la cartera y del perfil del inversor, el grado de diversificación podría reducirse para concentrar las posiciones en determinado tipo de activos.
4. Acceso a información de valor
Los administradores de este tipo de fondos apoyan sus decisiones en información relevante que obtienen de diversos expertos especializados en varias industrias y tipos de activos, lo que permite, al portfolio manager, acceder, en mayor grado de profundidad, a información específica y valiosa que no está disponible al resto de inversores y que puede ayudar a identificar atractivas oportunidades de inversión. En esta línea, la transparencia suele ser limitada ya que, en ocasiones, no se suelen hacer públicos los activos en los que se invierte.
¿Cuál tipo de fondo ofrece mayor rentabilidad?
En el caso de la inversión pasiva, al no haber nadie gestionando activamente las posiciones, el rendimiento se basa en los cambios de precio de los activos financieros individuales que componen el índice que se replica.
Sin embargo, la rentabilidad de un fondo de inversión activo puede variar enormemente de un año a otro, dependiendo de lo que esté ocurriendo en los mercados. Por ello, es difícil sacar conclusiones adecuadas a la hora de comparar los rendimientos frente a la gestión pasiva y, por tanto, los análisis a largo plazo permiten disponer de información más adecuada.
En general, los fondos de inversión activa suelen fracasar o tener peores rendimientos que los pasivos cuando se analiza su trayectoria a largo plazo. En este sentido, según MorningStar, con los datos de junio de 2023, sólo uno de cada cuatro alcanzó la rentabilidad media de sus rivales de inversión pasiva en los últimos 10 años.
En cualquier caso, la historia ha mostrado que es extremadamente difícil batir los rendimientos de la gestión pasiva, en especial, a largo plazo. Si se observan los datos de SPIVA Scorecard para la gestión activa de fondos frente a los índices S&P Dow Jones para la gestión pasiva, se puede determinar que, en el caso de EE. UU., para un periodo de un año en inversiones en fondos de gran capitalización, el 60,90% de los gestionados activamente obtuvieron rendimientos inferiores a los del S&P 500, un valor que aumenta conforme lo hace el periodo de análisis. En el caso, de periodos de 15 años, la cifra se eleva al 92,19% donde sólo el 7,81% logró superar al índice.
Así pues, en operaciones en plazos de tiempo menores, los fondos de inversión activa tienen mayores probabilidades de generar rendimientos superiores al mercado, si bien, pueden sufrir importantes pérdidas.
Como conclusión, la elección entre un tipo y otro dependerá, en última instancia, de los objetivos financieros, la tolerancia al riesgo y el horizonte temporal, pues tanto unos como los otros tienen sus ventajas e inconvenientes.
Las estrategias pasivas son ideales para quienes buscan costes más bajos, una amplia diversificación y un enfoque de no intervención en la inversión. Las estrategias activas pueden ser adecuadas para quienes creen en el potencial de obtener un rendimiento superior, valoran la experiencia especializada del gestor y no les preocupan las comisiones más elevadas. Normalmente, se utilizan para obtener altas rentabilidades en el corto plazo.
En última instancia, una cartera bien diversificada debería incluir elementos de inversión tanto pasiva como activa para aprovechar los beneficios y posibles estrategias de cada opción. Independientemente del enfoque seleccionado por el gestor de cartera, es crucial llevar a cabo una investigación exhaustiva y comprender tanto los objetivos, como la tolerancia al riesgo de sus clientes, antes de hacer recomendaciones de inversión en los dinámicos mercados actuales.
FlexFunds se asocia con gestores de activos a nivel mundial para ofrecer servicios de diseño y lanzamiento de vehículos de inversión y servicios de administración corporativa. Si tiene alguna duda o desea profundizar al respecto, puede ponerse en contacto con uno de nuestros expertos financieros para realizar su consulta.
Fuentes:
- https://www.morningstar.com/etfs/actively-managed-funds-measured-up-well-market-rebound
- https://www.spglobal.com/spdji/en/research-insights/spiva/#us